¿Qué es EHPEA?

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Antecedentes

El 23 de enero de 2015, el Gobierno Federal presentó la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), cuyas metas son erradicar el embarazo en niñas menores de 15 años y reducir en 50% el número de embarazos de mujeres de entre 15 a 19 años para el año 2030.

La ENAPEA es una herramienta de la política pública que responde al marco de derechos humanos, sexuales y reproductivos de las y los adolescentes, con una visión incluyente, perspectiva de género, enfoque intercultural y de juventudes, que identifica la participación de diversas dependencias gubernamentales para su ejecución.

En el nivel federal, la implementación de la ENAPEA está a cargo del Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo Adolescente (GIPEA), coordinado por la Secretaría de Gobernación a través del Consejo Nacional de Población (CONAPO) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), además de la participación de secretarías y dependencias de la administración pública federal (SEDESOL, SS, SEP, IMSS, ISSSTE, IMJUVE; SNDIF, CDI, INSP), invitados de la sociedad civil y organismos internacionales.

Conformación de la EHPEA

En marzo de 2016, en la ciudad de Pachuca de Soto, Hidalgo, tomaron protesta las y los integrantes del Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GEPEA): Secretaría de Desarrollo Social (SEDESO), Secretaría de Salud (SS), Secretaría de Educación Pública (SEP), Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Instituto Hidalguense de las Mujeres (IHM), Instituto Hidalguense de la Juventud (IHJ), Instituto Mexicano del Seguro Social, Delegación Hidalgo (IMSS), Instituto de Seguridad Social para el Servicio de los Trabajadores del Estado, Delegación Hidalgo (ISSSTE), Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Delegación Hidalgo (CDI), Consejo Estatal de Población (COESPO), Comisión Estatal de Derechos Humanos, así como representantes de la Secretaría de Finanzas, Ciudad de las Mujeres, Organizaciones de la Sociedad Civil y de la Academia.

Con el establecimiento del GEPEA, se dio inicio a un Taller de Planeación para la Elaboración de la Estrategia Estatal para la Prevención de Embarazo en Adolescentes; éste contó con el apoyo y asesoría técnica del Fondo de Población de Naciones Unidas como parte de la coordinación internacional; por parte del Gobierno del Estado de Hidalgo se implementó el Programa Estatal de Cooperación Hidalgo (PEC-H) 2014-2018, el cual fue vinculado a la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA).

La Estrategia Hidalguense para la Prevención del Embarazo Adolescente tiene prioridades definidas por el GEPEA para prevenir y reducir los embarazos en adolescentes, con un abordaje intersectorial y desde una perspectiva intercultural, de derechos humanos e igualdad de género.

El contenido de la EHPEA parte del análisis de información disponible en torno a la problemática del embarazo en adolescentes, generando así un panorama integral de la situación actual sobre salud sexual y reproductiva en las y los adolescentes hidalguenses, desde la identificación de factores sociales, económicos y culturales que originan, permiten y dan contexto al embarazo adolescente, para diseñar y poner en marcha intervenciones más efectivas bajo ocho ejes rectores: Intersectorialidad, Ciudadanía y Derechos Sexuales y Reproductivos, Perspectiva de Género, Curso y Proyecto de Vida, Corresponsabilidad, Participación Juvenil, Investigación y Evidencia Científica, Evaluación y Rendición de Cuentas; que hacen posible el logro de los objetivos con énfasis en el respeto a los derechos humanos.

Objetivos de la EHPEA

  • Contribuir al desarrollo humano y ampliar las oportunidades laborales y educativas de las personas adolescentes;
  • Propiciar un entorno habilitante que favorezca las decisiones libres, responsables e informadas sobre el ejercicio de su sexualidad y la prevención del embarazo;
  • Asegurar el acceso efectivo a una gama completa de métodos anticonceptivos, incluyendo los reversibles de acción prolongada (ARAP) para garantizar una elección libre e informada y la corresponsabilidad del varón en el ejercicio de la sexualidad;
  • Incrementar la demanda y calidad de la atención de los servicios de salud sexual y reproductiva para adolescentes y,
  • Garantizar el derecho de las niñas, los niños y la población adolescente a recibir educación integral en sexualidad en todos los niveles educativos.

La estrategia se integra por cinco componentes: Educación Inclusiva, Integral y Flexible; Educación Integral en Sexualidad; Oportunidades Laborales apropiadas para la edad y acorde a las capacidades; Entorno Habilitante (legal, social y regulatorio), Servicios de Salud Amigables, Resolutivos, Incluyentes y Versátiles; y Detección Temprana y Atención Oportuna e Integral de la Violencia Sexual Contra Niñas, Niños y Adolescentes.

Para incidir en los determinantes sociales del embarazo adolescente en Hidalgo y lograr los objetivos planteados en la estrategia, ha sido necesaria la participación de la sociedad y los gobiernos municipales para propiciar entornos habilitantes en el ámbito local. Por lo que la Estrategia Hidalguense para la Prevención del Embarazo Adolescente involucra a quienes forman parte de la comunidad, incluyendo a las y los adolescentes, a padres y madres de familia, directivos y docentes de las escuelas, prestadores(as) de servicios de salud en unidades médicas y de centros laborales y recreativos, así como a las autoridades estatales, municipales y locales. El monitoreo y evaluación de las acciones se realizará a través de indicadores de proceso, resultado e impacto alineados a la ENAPEA.

Ruta NAME

Nace con la necesidad de establecer una ruta para la atención y protección integral de las niñas y adolescentes que son madres y/o embarazadas menores de 15 años hasta la restitución de sus derechos, a través de un sistema de información operacional que da soporte al proceso de gestión de datos e información de cada caso. La Ruta NAME inicia con la detección de una niña o adolescente menor de 15 años en estado de embarazo o madre. Esta detección se puede presentar en la escuela donde lleva a cabo sus estudios, en una unidad médica, ya sea privada o pública a donde acude a una revisión; por el Sistema DIF al momento de solicitar algún apoyo referente a su estado de embarazo o para su hija o hijo, o incluso para ella; de igual forma se puede conocer de estos casos en el Ministerio Público, ya que en su mayoría son resultado de una situación de violencia.

Es importante mencionar que como sociedad se tiene la obligación de proteger a las niñas, niños y adolescentes como lo señala la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (2014), donde se reconocen y se garantizan sus derechos, a través de la creación del Sistema Nacional de Protección Integral (SIPINNA), la Procuraduría Federal y las Procuradurías locales de Protección, el Registro Nacional de Datos, los Centros de Asistencia y el Sistema Nacional de Información. Dichos organismos tienen el objetivo de favorecer la coordinación entre los actores responsables para impulsar la participación de niñas, niños y adolescentes en la toma de decisiones que les conciernen, además de brindar su protección.

Una vez que se detectó una niña o adolescente madre y/o embarazada se tiene que reportar a la Secretaría Ejecutiva Municipal del SIPINNA o a la Subprocuraduría Regional de Protección de Niñas, Niños, Adolescentes y la Familia (PPNNAyF) del distrito judicial que corresponda. La primera institución brindará, a través de una consejera, el acompañamiento y la información (médica, psicológica, educativa y de proyecto de vida) necesaria a la niña o adolescente madre y/o embarazada para que tome la mejor decisión sobre su situación; mientras que en la PPNNAyF se ofrecerán las medidas de protección como una forma de dar inicio al proceso de restitución de sus derechos.

Registro y Seguimiento

Al realizar el registro, el SIPINNA requiere de datos de identificación de la niña o adolescente, nombres de sus padres o al menos de un familiar cercano, domicilio, un número de teléfono de contacto, entre otros. Los datos son registrados en un sistema de información conocido como SI-NAME donde al reportar un caso, éste generará un número de control que llegará al correo electrónico de cada uno de las instituciones (red de apoyo) que conforman la Ruta NAME. Ese número de reporte servirá para dar seguimiento al caso, mismo que estará protegido por la Ley Federal de Protección de Datos Personales.

Un personaje clave en la Ruta de Atención es la CONSEJERA, ya que es quien acompañará a la NAME en el camino a la restitución de sus derechos. Brindará personalmente la información sobre la protección que recibirá la niña y/o adolescente junto con sus hijos, si es que los tiene o los llega a tener. Asimismo, se le apoya con asesoría psicológica y jurídica hasta la restitución de derechos, aunado a la orientación sobre el seguimiento médico que debe de prevalecer tanto en la NAME como en su hijo o hija; así como la continuidad de sus estudios académicos a manera de que continué su proyecto de vida.

Adolescencia en números

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como adolescente a toda persona entre 10 y 19 años de edad, la mayoría de las estadísticas y estimaciones comparables que están disponibles en el mundo sobre salud sexual y reproductiva, específicamente de embarazos o partos en adolescentes cubren sólo una parte de la cohorte: de 15 a 19 años de edad. Hay mucha menos información disponible sobre el segmento de población de hombres adolescentes y de mujeres entre 10 y 14 años, aunque las necesidades y vulnerabilidades de este grupo pueden ser las más importantes.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizada en el 2020, el grupo de edad de los 10 a los 19 años representan el 18.68% de la población total en el Estado, y para 2030 mantendrá una proporción equivalente, según las proyecciones del CONAPO; datos que se confirmaron al hacer la estimación en la encuesta del 2015 donde se registró que ese grupo etario fue del 18.04%, e indicó que continuaría incrementándose hasta 2020, para empezar a descender hacia el 2030.

La población adolescente hidalguense de 10 a 19 años de edad suma 556,182 personas, de las cuales 280,918 son hombres y 275,264 son mujeres que requieren atención especial por los riesgos inherentes a esta edad.

De acuerdo con el lugar en el que viven, para el 2015, las adolescentes representaban el 9.6% (130,614) de la población total que vive en localidades rurales, el 9.2% (61,957) del total que vive en localidades de transición rural-urbana y 8.6% (70,545) del total que vive en localidades urbanas. Para el 2020, las adolescentes que viven en el área rural representan el 9.32% (122,754); las de transición rural-urbana el 8.92% (69,808); mientras que las adolescentes que habitan el área urbana es de 8.74% (45,477).

Respecto a la población indígena, misma que prevalece en cada uno de los municipios de Hidalgo, hasta el 2020 se cuenta con un total de 54,169 de adolescentes (de 10 a 19 años de edad), de las cuales 26,573 son mujeres. Sin embargo, en la encuesta intercensal del 2015, se registró un total de 71,026 adolescentes indígenas, de los cuales 34,754 son mujeres.

Asistencia Escolar

En el 2015 se detectó que el 89.7% de la población desde los 3 años de edad, asiste a la escuela, de los cuales 49.49% fueron niñas y el 50.51% niños hidalguenses de 3 a 14 años. el 75.6% de adolescentes asistían a la escuela, de ellos el 49.74% eran mujeres y el 50.26% varones de 15 a 17 años, lo que significa que cerca de dos de cada diez niñas, niños y adolescentes no reciben enseñanza formal. La asistencia a instituciones educativas permite a las y los adolescentes tener contacto con información para tomar decisiones informadas y responsables en torno a su vida sexual y reproductiva.

En lo que respecta a la asistencia educativa, la Encuesta Intercensal del 2020 indicó que 929,186 hidalguenses tienen ente los 3 y 19 años de edad, de los cuales, 849,668 asisten a tomar clases de Educación Básica, Media Superior y Superior, es decir, el 91.44% de la población en edad escolar; mientras que el 8.19% (76,076) no estudia. Es importante mencionar que las adolescentes que estudian representan el 36.76% de los estudiantes hidalguenses de edades de entre los 10 y 19 años de edad.

Nupcialidad

En el 2015, de acuerdo con los resultados de la encuesta, 6,979 (4.1%) niñas y adolescentes hidalguenses de 12 a 17 años, están o han estado unidas por la vía del matrimonio o de la unión libre y, el 0.26% de ellas se apartaron de su pareja vía la viudez, el divorcio o la separación; la cifra de hombres que están o han estado unidos (1,531) es menor al de las mujeres y representan el 0.93%. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha señalado que las niñas y adolescentes que se casan temprano corren el riesgo de abandonar la educación oficial, de quedar embarazadas o de sufrir actos de violencia, de abusoy de explotación; el matrimonio a edades jóvenes a menudo trae consigo la separación de la familia y de las amistades, así como la falta de libertad para participar en actividades de la comunidad, lo que podría tener consecuencias importantes sobre la salud mental y el bienestar físico de las niñas y adolescentes.

Los partos de niñas de 10 a 14 años de edad requieren de un manejo especial, debido a la alta probabilidad de que esos embarazos sean producto de abuso y violencia sexual y del mayor riesgo de morbimortalidad materna y perinatal. El análisis de la información disponible a nivel nacional ha identificado que entre menor es la edad de la adolescente que es madre, mayor es la edad del padre, lo que sugiere que existe una mayor desigualdad de poder entre ellos y que los embarazos pueden estar vinculados a coerción, engaño o abuso.

Manual de Homologación de la Currícula Metodológica para la Capacitación de Facilitadores en la Prevención del Embarazo Adolescente

La prevención del embarazo en adolescentes no es sólo una cuestión de salud pública, sino un asunto de derechos humanos con severas repercusiones en el desarrollo social. Por lo tanto, su abordaje no únicamente es responsabilidad del sector salud, sino también del sector educativo, de desarrollo social, de los organismos internacionales y de la sociedad civil, de la iniciativa privada, de los medios de comunicación, entre otros sectores.

Cada una de las instancias que conforman el GEPEA tienen un papel vital en estas fases de la prevención, cada una tiene una función importante en el trabajo con la población mencionada. Pero también en las estrategias que se deben armar como una red alrededor, para el trabajo con madres y padres de familia, con docentes, con las comunidades y en especial, con las y los funcionarios y trabajadores de las mismas instituciones, que atienden, reciben o informan a las y los adolescentes sobre este tema.

Aquí se presenta de manera práctica y aplicable, la homologación y unificación de la currícula para la capacitación y formación de facilitadores y talleristas para la prevención del embarazo adolescente, que permitirá que todas las personas que se formen bajo este modelo, encuentren una alineación, actualización y homologación en cuanto a términos, conceptos, cifras, actividades, estrategias y formas de abordaje de la problemática del embarazo adolescente en el estado de Hidalgo.

[Guía para el personal facilitador] (manualdehomologacion.pdf)

Guía Metodológica para Fortalecer la Gestión de Acciones de Educación Integral de la Sexualidad en los Niveles Estatales y Municipales

Esta guía tiene la intención de presentar una orientación clara, relevante y objetiva de algunos procesos relacionados con el fortalecimiento de las capacidades de gestión de las autoridades educativas y escolares a nivel estatal y municipal.

Entre los objetivos destaca el brindar información especializada sobre la Educación Integral de la Sexualidad (EIS) que apoye en la toma de decisiones de los adolescentes y jóvenes hidalguenses, a través del fortalecimiento de capacidades de funcionarios y funcionarias del sector educativo, quienes a su vez con un evidencias científicas que dan sustento y conclusión, reconocen la efectividad de las acciones en educación sexual.

¿En qué consiste?

La guía se conforma de 10 preguntas relevantes para el desarrollo de la EIS y puntualiza las principales consideraciones de una reflexión sobre cada particular, además de señalar algunas tareas ineludibles para echar andar o consolidar acciones que progresivamente hagan realidad el derecho a la Educación Integral de la Sexualidad para la población escolar.